El pasado 17 de mayo se integró en la Red UMA/SMA una nueva estación de detección de bólidos y meteoros ubicada en el término municipal de Segorbe (Castellón) y gestionada por Julio Castellano.
Julio es bien conocido por los astrónomos aficionados españoles, sobre todo por quienes se dedican a la observación de cometas, asteroides y exoplanetas y colaboran con sus precisas medidas con los profesionales
Como él mismo relata, su primer recuerdo astronómico, sin que pueda concretar una fecha concreta, se remonta a un vistazo al cielo durante un paseo callejero en el que le llamó la atención un grupito de estrellas aisladas más o menos compactas. Una vez en casa, consultó el pequeño mapa de una de esas enciclopedias que Google ha jubilado reconociendo a Las Pléyades.
Siempre empeñado en averiguar los pormenores del funcionamiento de las cosas, Castellano relata la decepción de su primera experiencia en la medida del brillo de un cometa. Durante la sesión nocturna que compartía con dos expertos, uno de ellos justificó el fracaso de los intentos de ajuste con el argumento de que «esto de la fotometría es un arte». Tras el fulminante desinterés que provocó el comentario, Julio se discupó y aprovechó lo que quedaba de noche…, durmiendo.
Sin embargo, años más tarde, cuando se gestaba el grupo de observadores de cometas Cometas_obs y ante la gran dispersión en la fotometría de cometas, los miembros del grupo dedicaron tiempo, pruebas y debates a comprender los motivos de esta dispersión y, después, a establecer un procedimiento que la redujera lo más posible. A este método se le dio el nombre de «multiapertura». Fue Julio quien se encargó de confeccionar el programa que, junto con otros, está a disposición de quien los necesite en la página web:
http://www.astrosurf.com/orodeno/
Julio relata cómo comenzó a interesarse por los meteoros: «Me encontraba un día, recién anochecido, probando un telescopio que había construido junto con uno de mis hijos, cuando dos o tres estrellas fugaces aparecieron casi simultaneamente, seguidas de algunas más. Me di cuenta de que aquello no era normal. Dejé el telescopio y llamé a mi familia. Durante tres cuartos de hora disfrutamos de una lluvia de meteoros como nunca había visto, en la que contamos más de cien, rápidas y brillantes.»
Durante una temporada, Castellano se dedicó a la observación fotográfica en doble estación y a desarrollar software para el cálculo de la trayectoria atmosférica del meteoroide y de la órbita del cuerpo generador. Más tarde trabajó, colaborando con otro compañero, en la consecución del mismo objetivo, pero empleando la observación del efecto Doppler que genera el rebote de las señales de radio lejanas porvocado por el meteoroide.